Wednesday, January 25, 2006

Febrero

My daughter's birthday is the last day of January. She is now 14.

Do you remember the moment you realized your parents were just human, devoid of any supernatural powers?

She is growing up so fast, both physically and emotionally. This scares me. My father could never handle our growing up and treated us like five-year-olds well into our twenties. I am afraid I might never have learned how to deal with grown-up kids because I've never seen it done. Hopefully, she and I can figure it out as we go through it. Still, she's beginning to rebel like children often do. It's ok, I think. I'm sure I did it.

Do you remember the moment you realized that their lack of extra-natural abilities did not prevent them from being superheroes?

I think we only come to realize how truly remarkable parents are once we have children--perhaps a self-serving realization, but children are tiring, trying. Perhaps it is instinct that drives us; perhaps it is divine decree. Whatever it is, we endevor, we fight on, we persevere. And a chosen few do a good job. It is a challenge I will gladly face.

My ex-wife is getting a new divorce, and has a new boyfriend (all at once, mind you), and my kids are (understandably) requiring a lot more attention.

My new relationship is going very well, but as things improve, more and more time is required--not a bad thing, as I am the one who likes to spend time together more (I think). How odd that I should be the one less independent.

On an entirely unrelated topic, my brother's first anniversary of death is coming up, and with my mother having been so depressed this entire year, we're planning a bit of an event. Hopefully, we can help her work towards a bit of a closing while still giving the event the importance it is worth. Now I am the oldest--what a strange feeling for a "middle" child. Oftentimes, he was a prick, and I still miss him. Perhaps a little prayer can help us all get closer to peace over the unexpected death.

Also, the company for which I work is in the process of buying our biggest competitors. Sweet victory promises tons of work. All this while working (simultaneously) on the two largest machines ever made in our industry--one the biggest by a factor of ten over the largest to date.

Ah! February promises to be a busy month.

Saturday, January 21, 2006

Del Fondo De Mi Cueva...

...veo las estrellas en el cuadrito de cielo que alcanzo ver, cuando es de noche, y de dia las nubes que pasan empujadas por el viento. Oigo las voces de los que pasan, y hasta (a veces, si me atrevo acercarme a la boca de la cueva) les veo pasar.

La cueva es comoda, callada--y aunque no sea amplia, tiene espacio para todo lo que traje y lo que me encontre cuando llegue, y de vez en cuando hasta para acomodar a un visitante. Nadie pasa mucho tiempo aqui--aparte de mi. Vienen y van como las hojas que el viento trae. Me agrada encontrarlas; me imagino los arboles de donde habran caido: algunos altos, finos, de hojitas largas y delgadas como plumas adornando ramas que siempre apuntan hacia el cielo; otros chaparritos y hanchos, con hojas amplias como pequenitos parasoles, protegiendo a los animalitos que han de vivir bajo ellas. Unas huelen a limpio--como explicar eso?--aunque esten viejitas y arrugadas; otras traen aromas lejanos que en mi juventud aventurera haya encontrado en tierras lejanas. Estas ultimas guardo, por si acaso algun sueno me recuerde de esas tierras que ya no puedo ni imaginar despierto.

Creo que hay alguien en una cueva cercana con una guitarra. No se que otra cosa podria explicar los sonidos que oigo a veces aqui. Por supuesto, es imposible salir a buscar, interrumpir otra gente. Al cabo casi nunca se oye, asi que no es mucha molestia para mi pretender que no existe solo por unos minutos. Al cabo hay mucho que hacer aqui, y cuando el dia esta muy brillante, cuando el viento sopla muy fuerte, cuando la lluvia moja mi entrada o se oyen voces pasar, puedo ocuparme arreglando lo que tengo guardado al fondo, digamos la almacena, el pantry--lo que sea. Casi siempre, las voces pasan. Uno deja pequenas senales de ocupacion para avisar sin interumpir su viaje que este lugar no esta disponible, pero hay aquellos que por poco tiempo en este viaje or por total ignorancia de buenos modales, deciden visitar gente en sus lugares mas privados. No es que a uno no le guste platicar, o recibir visitas, pero despues hay que limpiar la cueva, quitar el olor ajeno... lavar todas las superficies que se hayan ensuciado--accidentalmente por supuesto.

A veces considero mover ciertas cosas del fondo de la cueva a la puerta--como pequena barrera. Seria bueno, porque protegeria contra el viento y el agua y el exceso de luz--estos ultimos dias el sol de mediodia es tan fuerte! He visto tuneles donde pense que habian paredes, al fondo de la cueva. Tal vez seria mejor investigar esos y dejar la puerta en paz. Si, eso es mejor, eso es mejor. Eso es lo que hare ahorita mismo que termine de limpiar, en cuanto este solo otra vez. No es que me moleste la compania, es que la soledad molesta menos, lo deja pensar a uno. Oh! No es que le este pidiendo que se vaya! Disculpe la mala educacion. Ni siquiera le he ofrecido algo... deme un momento, aqui tengo algo que ofrecer... al fondo de la cueva, en el pantry--almacena--permitame un momento y lo encuentro... solo un momento y ya vuelvo--no; no necesito luz; veo bien aunque este oscuro... un momento y encuentro algo... ya vuelvo...

Tuesday, January 17, 2006

MLK, jr.

"I refuse to accept despair as the final response to the ambiguities of history. I refuse to accept the idea that the "isness" of man's present nature makes him morally incapable of reaching up for the eternal "oughtness" that forever confronts him."

--from the Nobel Prize acceptance speech.

Saturday, January 14, 2006

Naturaleza Humana

Recently, I overheard a conversation between my daughter and her mother; here's a little excerpt:

"Hey, mom: I know why the snake eats the mouse..."

"Why is that?"

"It's human nature!"


Now, ain't that the truth?

Friday, January 13, 2006

¡Yo también!


Once again, a young lady I don't know in Mexico (whose name is Sylvia--find the link to her blog on the list to the right) has surprised me with her humor, insight, and timely advise.

Her post me uno a la campaña brought me to the advertising page of Librerías Gandhi, a funny bunch of guys trying to make a buck and (in the process) improve their country a little.

I am one of those weird people that never goes anywhere without a book (even to the movies), at the risk of having my kids make fun of me. I read most of what I can, and what I can't I have somebody translate for me.

I do, therefore, hereby add my humble vote to this campaign and hope you, too will read (in Spanish, even!).

And though this may be like preaching to the choir:

Read! Damn it! Read.

Monday, January 09, 2006

Del Idealismo

En hacernos humanos, la fuerza de la creación nos ha dejado sin muchas de las ventajas poseídas por los otros animales de la naturaleza, específicamente los dotados físicos que les permiten sobrevivir; pero sospecho su anhelo no era nuestra supervivencia, sino nuestra supremacía benéfica en el sistema cerrado que es nuestro mundo—para tal, esa fuerza nos otorgo capacidades intangibles y, por lo tanto, difíciles de enumerar y medir. Somos, en corto, conciencia y corazón del mundo, y al aceptarlo en capacidad comunal tomamos el peso de estas responsabilidades al hombro. A cambio de hormiga trabajadora que batalla, vive y muere miembro de un ejercito solo por la ventaja de una, y a cambio de hambriento reptil capaz de devorar su propia cría para disminuir la competencia, nosotros debemos balancear nuestros deseos personales inmediatos contra el futuro, nuestra necesidades familiares con el bienestar comunitario, nuestros sueños terrenales a luz de celestial justicia y compasión. El peor enemigo en la batalla a conseguir este máximo deseo es la avaricia—y nuestro mejor guía es el idealismo socio-económico e intelectual que nace del reconocimiento de nuestras debilidades personales y nuestras inextinguibles capacidades generales. Juntos, somos la mano de Dios.

Lamentablemente, el enemigo, siendo interno, toma uso de nuestras propias fuerzas para esclavizarnos y—pero aun—cegarnos a sus propósitos, tramas y estrategias, y en la confusión de tales planes, se apodera de nuestras mejores intenciones para crear conflicto, pleito y guerra. Todos deseamos mas, lo que no es malo, pero esa avaricia que ahora amenaza con ahogar al idealismo en ese mar de triunfos y tesoros nos previene conseguir el mas alto de todos los estados disponibles a la humanidad: el de felicidad no tenida por la sangre y las lagrimas de aquellos que mas contribuyen a tal felicidad. El que tiene la mano vacía quiere llenar su mano; el que tiene la mano llena quiere llenar sus brazos; el que tiene los brazos llenos quiere todo lo demás. Y todos consideramos esto divina obligación, bajo pretextos sociales, religiosos, económicos, morales—hemos divisado al horizonte una cambiable ética que podemos moldear y controlar cual brisa en vela para empujar la barca de nuestra avaricia a todo puerto ajeno que podamos piratear. Damos valor a la vida porque eso es todo lo que necesita para que la podamos comprar; y, siendo así, ¿Qué queda de lo que no nos podamos adueñar? Esta contra-fuerza es la que engendra jerarquías, dominios e imperios. Comprendemos correctamente que nuestro triunfo a corto plazo requiere el fracaso de nuestro prójimo, ignorando que el triunfo a largo plazo requiere la colaboración y consentimiento de aquellos de los que mas dependemos.

Con el próximo paso en la eliminación de esta dependencia, hemos creado el alto objetivo capitalista de la globalización, dañando sistemas estables económicos locales por el beneficio de los apoderados. Esta centralización, susceptible a las debilidades de sus encargados, tal cual aquella que llevo a su ruina a los soviéticos, es templada ahora con las fuerzas mercantiles que nacieron en Europa después del renacimiento, ignorando el bienestar de las multitudes por venir solo por la ganancia de los pocos que hoy estamos—ignorando las penas que tales presiones ponen sobre las masa obreras en los países productores para el beneficio de los países consumidores, y aun allí solo para el beneficio de pocos. Hemos bastardizado el significado de la democracia por la cual batallaron nuestros abuelos y nuestros padres y hecho con ella las cadenas con las cuales la mayoría someterá a las minorías que serán nuestros hijos, todo con nuestras propias manos, soñando ignorantemente que llevaremos a nuestros hijos a ser los carceleros y no los presos, sin darnos cuenta que los dos están atados a las mismas cadenas. Y por esto estamos hoy en conflicto: interno y externo; lateral y vertical—con adversarios a cada costado—todos supuestamente batallando por los mismos meritorios finales: patria, paz, y libertad.

Hay muchos, y habrán mas, que toman armas como ultimo recurso en contra de sus propios hermanos en búsqueda de la justicia que consideran debida ya por mucho tiempo, olvidando momentáneamente en su furia que no se puede matar a la pobreza y que el sufrimiento del enemigo no nos trae felicidad. ¿Cómo culpar al hombre honesto por estar dispuesto a dar su vida para mejorar la de otros? El que toma armas contra él tiene que considerar la posición que tal decisión indica. ¿Quién batalla contra la justicia en nombre de ella misma? Aun aquel que ve en las acciones de sus prójimos insensatez debe considerar el nivel de desesperación que ahí los trae. Es comprensible que tomen esa acción aquellos que ya por mas de quinientos años han sufrido bajo el injusto dominio de amos mas y mas parecidos a ellos mismos, mas y mas cercanos a su propia situación—muy a menudo sus propios hermanos tan agradecidos de haber sido permitidos membresía a la clase dominante que resultan ser los peores opresores. Esta guerra de ellos no es su propio fin, sino el método final de traer al ojo publico su intolerable condición. Su solución es simple: justicia, pero no aquella que requiere igualdad, pues esa es infinitamente inestable, sino la justicia que demuestra equivalencia, significado, y tolerancia. No siempre a todos de acuerdo a su necesidad; no siempre de todos de acuerdo a sus habilidades; pero casi siempre si. La nueva democracia debe ser moderada por el idealismo: la mayoría cede por el beneficio de todos; la minoría comprende que la superioridad económica es debida enteramente a la contribución de la mayoría. Dependiendo de perspectiva, nadie es siempre parte de toda mayoría: a todos nos toca ser parte de alguna minoría tarde o temprano. Nunca idílica, la nueva democracia es el producto de arduos esfuerzos por ambos partidos para conseguir la sabiduría que la inteligencia abandonó, y la fuerza que el estoicismo ignora.

El ímpetu necesario para tal cambio no nace espontáneamente, ni nace de la absurda e imaginaria superioridad en la que el provincialismo se basa. Nada se logra con excesos. La fuerza gradual que lleva a la semilla a germinar debe ahora actuar sobre la sangre que nuestros abuelos y nuestros padres plantaron en la tierra misma que los vio nacer, desde Sonora hasta Tierra del Fuego, de mar a mar a mar. Millones y millones de corazones en búsqueda de la mejoría, de libertad y mas aun en búsqueda de paz. ¿Qué mas impresionante fuerza puede haber que tantos millones en la unida labor de parir un mundo nuevo? Y no en un desquiciado sueño de imposibles metas, sino en la básica generación de las necesidades que nuestro pueblo mismo puede crear. No hay en tal multitud espacio suficiente para aislarse, para ignorar la ola que nos lleva a todos en una dirección u otra inevitablemente. Es a riesgo propio que tratamos de pensar que tal ola respetaría fronteras, barreras reales o imaginarias. Es a riesgo propio que cualquier gobierno piensa legislar su inexistencia. Y siendo la manifestación física de los mas básicos derechos que la creación misma nos otorga, no hay religión capaz de disminuir su espíritu. Van los que vengan—y los que no, conocerán la verdadera fuerza del huracán causado por tantos millones de suspiros. Pero, aunque imparable, tal fuerza puede ser dirigida—y debe serlo—en la trayectoria que nuestros padres y los suyos fallaron a reconocer. Es un exceso imperdonable tratar de utilizarla solamente en búsqueda de la liberación de uno solo—hombre, pueblo o país.

El aislamiento que creó la debilidad que ahora opaca el triunfo cubano es el resultado de las fallas de nuestros padres. Ese pudo ser el ejemplo necesario para impulsar la victoria popular en el resto de las américas, pero ahora es solamente la demostración del camino que debemos evitar. La vida de la violencia, como única posibilidad al triunfo, es la clara demostración de falta de real soporte popular, pues no hay gobierno capaz de gobernar el la ausencia de los gobernados. Tomemos como ejemplo el resultado de aquellos países que fueran parte de la unión soviética en finalmente cortar las cadenas de sus previos amos, que a pesar de sufrir la inevitable inestabilidad de una democracia imperfecta, han plantado las semillas de una prosperidad inimaginable bajo el control de un partido, una mente, un amo falto de humanidad y compasión. Consideremos también las posibilidades que la unión europea les ha otorgado a sus ciudadanos con solo reducir las barreras que sus fronteras representan. Es esta unidad, tan imperfecta como es hoy, lo que les llevará a grandes triunfos—pues ya (por fin) han regresado a ser rivales dignos del último superpoder que queda en el mundo. Tal vez, si lo consideran bien, los países de este hemisferio se den una oportunidad similar.

No hay solución fácil. La prosperidad económica que se consigue siguiendo las reglas que llevaron a los países anglo-germánicos a la supremacía los dos últimos siglos es efímera y mal ajustada a la realidad mulata y mestiza de nuestras junglas y playas. Deberemos ser mas creativos que ellos en saltar sobre la industrialización mecánica e insensible y adaptarnos directamente a la tecnología y comercio del futuro. Pagamos con las vidas de nuestros hijos nuestra falta de visión. Lo mejor de nuestra situación es considerar que por primera vez en muchos siglos, nuestra mejoría no se conseguirá en conflictos ni guerras—sino que a través de colaboración. La decadencia de los que fueron superpoderes no es necesaria para nuestra mejoría, aunque ayude, y su inestabilidad es contraproducente a nuestro progreso, así que al ayudarles nos ayudamos—aunque el motivo sea político y sarcástico como el de Venezuela.

Esto requiere que veamos a nuestros vecinos no como competidores en el mercado mundial, sino como socios, tal vez hermanos, cuyos triunfos ayudan a solidificar nuestros triunfos. Tal vez algún día los estados unidos de américa no sean estos estados unidos, y américa sea aplicada en mejor contexto. Habrá mucho que hacer para conseguir esto: la eliminación de la corrupción será una primera etapa—tan difícil como parece, no es meta, sino un paso a una meta mayor—y la creación de superestructuras económicas y sociales que trasciendan barreras políticas y naturales. Quizá lo mas difícil será la redefinición del patriotismo a un termino mas inclusivo y capaz, que sea adaptable y bondadoso, que busque mas la belleza de nuestra individualidad como parte de la comunidad que nuestra supremacía en un mar de inferiores.

Quizá algún día lleguemos, en verdad, a amarnos los unos a los otros. ¿Quién llora en Montevideo cuando un huracán pasa por Matagalpa? ¿Quién está dispuesto en Tamaulipas a perder tan solo una comida para que alguien que no tenga pueda comer en Coronel Oviedo? No es que se necesite santidad para conseguir este triunfo, es mas que el triunfo prevendrá la necesidad de tal santidad. Es precisamente cuando veamos esto, como comunidad hemisférica, que lograremos la meta mayor: dejar de ser pueblitos pobres (aunque alegres) con poca industria (aunque ardua) y un provincialismo arcaico que nos pesa alrededor del cuello como piedra de molino, y empezaremos a ser la fuerza, el alma, la conciencia de este mundo.

Y eso es un ideal digno de nuestros hijos.

Rarely pure and never simple.

La verdad es que nunca sabremos la verdad. Tenemos evidencia, posibilidades, indicaciones—a veces hasta admisiones y testigos. Pero la verdad nunca se conoce con tal certidumbre que podamos poner a un lado la fe de lo que creemos. La vida casi nos demanda mas de esto y menos de aquello. Al fin, tenemos que decidir de que lado estamos. Y no siempre estamos de nuestro propio lado.

Al principio, Dios creó al mundo y puso sobre él a dos que por amor o instinto, o los dos, lo poblaran con multitudes. Y con sus números aumentaron sus habilidades. Y un día construyeron una torre y Dios les castigó su orgullo. Pero no aprendieron la lección y hasta hoy todavía sufren la fuerza de sus habilidades controladas por tal orgullo.

No muy lejos del lugar donde esos dos primeros aparecieron, junto a un río de poca distinción, esta una tierra que, cotizada altamente por los habitantes del árido desierto, se convirtió de paraíso a tesoro y por lo tanto botín, premio de guerra, símbolo de triunfo. Con el tiempo, la importancia que al principio se debía solo a la fertilidad de la tierra fue transferida por tradición a patrimonio y la tierra que por muy cara era todavía tierra se convirtió en herencia, que vale mas por tradición que por tesoro. Vale más la carne muerta y la sangre que la fertiliza que la tierra misma.

Y unos se dieron la idea de que eran los favoritos de Dios, idea que fue ganando mas creyentes en las multitudes al ver triunfos militares en todos los frentes. Cuando por fin empezaron a perder, la idea de ser los favoritos de Dios era ya parte del mismo patrimonio, y buscaron ideas, teorías, posibilidades y explicaciones por cada derrota. A cierto punto, esto cambió de “favoritos” a “escogidos” y con eso tomaron mayores responsabilidades sociales, adjudicándose a si mismos el peso de toda la humanidad. Y construyeron mas y mejores templos a su Dios, al cual le habían agradecido ser sus favoritos pero a quien recriminaban ahora el ser sus escogidos. Llegaron a pensar que con tal responsabilidad deberían haber muchas ventajas, pero siglo tras siglo no las veían y terminaron convirtiendo tanto amor en tanta culpa, esperando interminablemente que cambiara la marea, pensando que llegaría un hombre un día a guiarlos de regreso al rebaño del Señor.

Cuando todavía no habían empezado a ganar, cuando eran todavía los favoritos, cuando todavía no tenían patrimonio, herencia, madre patria, escogieron una pequeña ciudad en una loma para poder defenderla de los muchos enemigos que ya vivían en esa tierra. Cuando la conquistaron, construyeron muros de protección, fortaleciendo el área contra cualquier ataque. Y así vivieron muchos años, pero al fin perdieron. Unos que vivían donde la torre original fue construida, por la cual Dios los castigó a todos, cuyo orgullo los llevo igualmente a triunfos tremendos, alcanzaron a los favoritos de Dios, y por motivos que solo El sabe, los extranjeros ganaron.

¿Cuanto tiempo toma para que los conquistadores dejen de ser extranjeros? Cuando los nuevos extranjeros llegaron, los favoritos, que ya no eran extranjeros, sufrieron la destrucción del templo—que unos dirían fue su propia torre, pero otros dirían la mera sugerencia de esa idea es herejía.

Pasando el tiempo, lo reconstruyeron, mas impresionante aun que el primero. Pero el segundo templo también fue destruido por nuevos invasores. Esta tierra, tan pequeña y tan retirada de la civilización sufrió miles y miles de años de guerra… y aparentemente así seguirá. Solo una pared queda de este segundo templo, donde todavía lloran, rezan, y dejan rollitos de papel donde han escrito sus deseos y peticiones como a un rey ausente que no tiene tiempo de atenderles ya. Ya no son los favoritos, sino los escogidos, señalados como muestras, ejemplos si no ejemplares de la humanidad. Rezan y rezan y rezan y rezan, pidiendo no sé que a un Dios que los ha degradado. Pero por lo que sea, volvieron. Ya tienen su tierra otra vez, pero como siempre es bajo balas y maldiciones. Pobre gente que ni en su tumba encuentra paz. De acuerdo a su propia historia, todavía les falta mucho sufrimiento. Y ahora construyen otra pared—la que les queda no es suficiente.

Es fácil, para los que sé sienten atacados tanto y tan a menudo, atacar antes de considerar lo que cada ataque implica—y eso va para los dos lados. Al fin de la historia, la búsqueda de la paz causa mas muerte que la búsqueda de libertad—y las dos combinadas son demasiado.

Y sin embargo, se mueve.

¿Quién, con sus pies en tierra firme, puede creer algo tan insólito? No sé mas de historia que de ortografía—pero sé cuando algo me da mal sabor en la boca. Esta paz que buscan hoy es un trago amargo, pero es uno que no pueden evitar. ¿Estaríais dispuestos a dar la vida de vuestros hijos—sin venganza—para que vuestros nietos vivan en paz? Después de tanta muerte, ¿Quién puede pedir tanto? ¿Cuántos millones de almas son suficiente paga por unas cuantas millas cuadradas de arena y sal?

Solo Dios sabe la verdad, y como de costumbre, cuando me habla, no le hago caso.

Digo yo, (y ¿Quién soy yo?) que la pared que hacen hoy será, al final, un simple símbolo del odio que tratan de evitar, un blanco mas con el cual practicar, culpa y pena (letra escarlata), y no insignia roja de valor. Es un paso atrás, que aunque necesario—si lo es—es también dañino, doloroso, culpa y pena. Ojala y no tenga yo la razón. Ojala y sea esta otra vez en que me equivoqué terriblemente. Ojala.

La verdad, no sé.