La vida, como es.

Amor de padre (Simon Silva)

Me case por pendejo. Supongo todos lo hacemos, pues el amor ciega, anonada al mas suave de los hombres—aunque nosotros los romanticos demos explicaciones y escusas sugiriendo que es mejor. Bueno, tal vez lo sea. Como nunca probe la alternativa, no se. No tengo la ventaja del que vio a Gwyneth en Sliding Doors; mi vida no es pelicula. Pero como en un After School Special, veo hoy las consecuencias y pregunto si la decision que he tomado es la mejor or si solamente hago lo que me conviene a mi.

Hace poco, le dije a mi hija que soy gay. Pronto, le tendre que decir a mi hijo. Considero esto lo mas dificil de mi vida—y lo digo habiendo enterrado a mi padre y a mi hermano de solo un año mas que yo. Con lo que los hijos temen desilusionar a sus padres, ellos no tienen la mas minima idea del miedo de un padre de desilusionarlos a ellos. Siento a un elefante en el pecho. Pero como se ha dicho mas de una vez: Everybody wants to go to Heaven, but nobody wants to die.

Estas historias de “coming out” ya aburren. No les malgasto el tiempo diciendoles detalles, lagrimas, recriminaciones, enojos, tristezas, explicaciones, abrazos, aceptaciones y alegrias. Sere gay, y se fingir sensibilidad, pero no soy lo que en mexico dirian “jota” o en nicaragua “cochon”... al cabo, de que les sirve al lector la repeticion de la historia ya tanto contada?

El punto de esto no soy yo, sino ellos. Lo que pasa es que lei en algun lugar que cada uno de mis hijos tiene 50% de probabilidad de ser gay tambien—cuando el publico en general solo tiene el 10%. No creo que mi hija lo sea—no se—pero creo que mi hijo si. Tal vez por eso no le he dicho a el. Cuantas veces no pedi tener a alguien con quien hablar? Y con que valor puedo ahora negarle a el ese derecho? Es derecho? Es ventaja? O es en realidad una pena mas sobre de el? Si le digo, lo hago responsable de todos mis errores? Si lo es, tendra el que vivir como yo no pude?

No se por que, pero casi diario le pido al Dios que me hizo gay que mis hijos no lo sean. No conozco pais o cultura tan abierta y progresiva que lo haga deseable—y siendo inevitable, es mejor pedirle al creador que no lo cree asi. No me quejo de mi vida, pues la he gozado tanto como me fue posible, y cada decision que he tomado fue enteramente mia. Al fin, me diverti mas de lo que llore y si acabara hoy terminaria con una sonrisa. Mi vaso esta mas lleno que vacio.

Y al cabo lloro (como niña), rio (como loco) y aun les hablo—como un padre debe hacer. Nunca me queje de mis padres me dijeran mucho, pero recuerdo veces que su silencio me enojo.

Ah! Dichoso el arbol...