Nació del sueño que llegó
en tres minutos de descuido
en el tren que un día
llegó a tiempo.
Nunca escrita, no pudo ser
tierno poema, triste canción,
retrato íntimo sobre lienzo virgen.
Fue una ilusión, una sonrisa
compartida al pasar junto a un extraño.
Perdida en la campana de llegada.